En el Día Mundial del Refugiado, USO insta a los Estados a adoptar el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular
El Día Mundial del Refugiado se celebra cada 20 de junio para honrar a las personas refugiadas y desplazadas en todo el mundo
Cada año miles de personas mueren en su intento de llegar a Europa. Y cada vez son más frecuentes las muertes en el mar como las sucedidas tras el reciente naufragio frente a las costas griegas el 14 de junio.
USO recuerda que el rescate en el mar es un imperativo legal y humanitario, e insta a los Estados miembros a situar los derechos humanos y el deber de salvar vidas en el centro de las políticas migratorias.
Asimismo, instamos a los Estados a adoptar el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, para mejorar la gobernanza migratoria situando los derechos humanos en el centro.
Las personas refugiadas y la Unión Europea
El informe anual que elabora CEAR sobre las personas refugiadas en España y en Europa, cifra en 963.067 las solicitudes de protección internacional que llegaron a la UE en 2022. Esto supone un aumento del 53 % con respecto a 2021, coincidiendo con el fin de las restricciones del covid-19 y con el incremento global del desplazamiento forzado.
Entre los países que atendieron un mayor número de solicitudes se sitúan Alemania, Francia, España, Austria e Italia, concentrando un 78% del total. Siria y Afganistán fueron los principales países de origen, seguidos de Turquía, Venezuela y Colombia.
En España, 118.842 personas solicitaron asilo el año pasado, sin contabilizar a las miles que se invisibilizan por no poder acceder a una cita. Fue el tercer país europeo con más peticiones, solo por detrás de Alemania y Francia. Sin embargo, España sigue estando a la cola en cuanto a resoluciones favorables: 16,5 %, solo por delante de Malta y Chipre, y muy lejos de la media europea del 38 %.
La mayoría de las personas llegadas de manera irregular a la Unión Europea lo hicieron a través de la vía marítima, en concreto a través del Mediterráneo Central hacia Italia, lo que supone para este país un incremento del 35 % de llegadas con respecto al año anterior. En el caso de España, es el segundo país con mayor número de llegadas, siendo las Islas Canarias el principal punto de entrada.
Desgraciadamente, en numerosas ocasiones estas rutas resultan ser mortales. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registró en el periodo 2014-2021 más de 29.000 muertes en viajes migratorios hacia Europa. El último trágico suceso ocurrió el pasado 14 de junio cuando naufragó un barco frente a las costas del sur de Grecia, dejando a 81 personas muertas y más de 500 desaparecidas.
El rescate en el mar es un imperativo legal y humanitario
Es necesario recordar que el deber de rescatar sin demora a las personas en peligro en el mar es una norma fundamental del derecho marítimo internacional. Así lo recoge la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). En un comunicado, instan a los Estados a abordar las brechas en las operaciones proactivas de búsqueda y rescate, en los desembarcos rápidos, y en los caminos regulares seguros. En el centro de las respuestas deben situarse el respeto a los derechos humanos de los migrantes y la acción de salvar vidas.
El último naufragio en Grecia refleja el resultado de la peligrosa orientación que han adquirido las políticas migratorias en la Unión Europea. Éstas se están alejando, cada vez más, de un paradigma de derechos humanos. La política migratoria actual ahonda en la figura del “tercer país seguro”, con países como Marruecos, Libia, Túnez o Turquía. En el centro del Pacto Europeo de Migración y Asilo está la cooperación entre los Estados miembros en el marco de la persecución y expulsión de las personas migrantes, a través de la puesta en marcha de mecanismos de “solidaridad a la carta”, que permiten a los Estados miembros elegir entre recibir personas refugiadas o pagar a terceros países para delegar en ellos el control fronterizo.
El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular
Ante la deriva de la política migratoria impulsada por la UE, USO defiende el cumplimiento de la legislación internacional en materia de derechos humanos de las personas migrantes. Así lo recoge el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, adoptado en Marrakech (Marruecos) en 2018, en una Conferencia intergubernamental sobre migración, celebrada bajo el auspicio de las Naciones Unidas.
Este pacto mundial es el primer acuerdo intergubernamental que estableció un marco importante para mejorar la gobernanza migratoria, defendiendo los principios de no regresión y no discriminación. El Pacto fija 23 objetivos para la acción de los Estados entre los que se encuentran:
- la ampliación y la diversificación de la disponibilidad de vías para una migración segura, ordenada y regular, teniendo en cuenta las necesidades particulares de los migrantes en situación de vulnerabilidad;
- el respeto a los derechos humanos en las fronteras;
- el mantenimiento de la prohibición de las expulsiones colectivas, garantizando que el retorno sea seguro y digno y que la reintegración sea sostenible; o
- la protección al derecho al trabajo decente y otros derechos laborales de los inmigrantes.
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